Signos clínicos de la leishmaniasis
Los signos clínicos de la leishmaniasis varían ampliamente. Los principales son:
- Lesiones en piel
- Pérdida de peso o pérdida de apetito
- Linfadenopatía local o generalizada
- Lesiones oculares
- Epistaxis
- Claudicación
- Anemia
- Falla renal
- Diarrea
Los signos presentan una evolución lenta pero progresiva, con una pequeña o muy leve respuesta a los antibióticos o glucocorticoides.
Las lesiones cutáneas son las más comúnmente observadas en los casos clínicos. Dichas lesiones son usualmente simétricas, crónicas y no pruríticas. Comienzan por la cabeza y luego se extienden al resto del cuerpo. La ulceración crónica puede desarrollarse en la cabeza y extremidades. La pérdida de peso y de apetito se va observando a medida que la leishmaniasis progresa. Existe frecuentemente atrofia de los músculos faciales. Las lesiones oculares son variables. La blefaritis está asociada con dermatitis faciales en muchos casos. El fallo renal se produce como resultado de la glomerulonefritis asociada a los inmunocomplejos. La epistaxis está asociada con la inflamación y ulceración de la mucosa nasal. Un pequeño porcentaje de la diarrea del intestino grueso es causada por una colitis ulcerativa. En casos más avanzados, la disminución de la actividad física es evidente.