Patogenia de la leishmaniasis canina

Bajo condiciones naturales, el flebótomo transmite un número bajo de promastigotes que son capaces de inducir la enfermedad. El curso de la enfermedad es dependiente del tipo de respuesta inmune del propio perro.

La mayoría de los parásitos son destruidos por los factores del complemento, los promastigotes supervivientes se adhieren a los macrófagos/monocitos por determinados receptores de adherencia. Después, los promastigotes son fagocitados y contenidos dentro del fagolisosoma y allí entonces se transforman en amastigotes no móviles. El parásito está protegido de la degradación dentro del fagolisosoma. Después de la inoculación dentro de la piel, se inicia una respuesta inflamatoria local. En animales susceptibles la infección se extiende en pocas horas a los ganglios linfáticos, médula ósea y bazo. En los animales resistentes, los parásitos permanecen localizados en la piel.

Los perros que desarrollan un cuadro grave de leishmaniasis, han desarrollado una respuesta humoral (tipo Th2) contra el parásito. Durante la respuesta tipo Th2, los linfocitos T liberan citokinas, Interleukina-4, Interleukina-5, Interleukina-10 y transforman el factor de crecimiento B, lo cual evita que los macrófagos destruyan a la leishmania. En estos animales existe un incremento en el número de linfocitos B y un descenso en el número de linfocitos T. El incremento en las células B produce cantidades excesivas de inmunoglobulinas no protectoras. Se forman complejos antígeno-anticuerpo (inmunocomplejos) que en la circulación producen los típicos síntomas de la enfermedad por inmunocomplejos.

La resistencia a la enfermedad está asociada con el desarrollo de una fuerte respuesta celular inmunoespecífica (respuesta Th1). En este tipo de respuesta, los linfocitos T activan a los macrófagos mediante la liberación de citokinas, interferon gamma y la interleukina-2. Estos perros frecuentemente presentan nódulos cutáneos, “chancro de inoculación”, en el sitio de infección.

En general, la leishmaniasis clínica canina es una enfermedad lenta y progresiva. La inmunosupresión que provoca puede dar lugar a infecciones concomitantes.

Leishmaniasis difusa
Leishmaniasis cutánea