Mosquitos
Algo más que insectos molestos…
Introducción
Todos conocemos a los mosquitos. Todos los identificamos rápidamente al “zumbarnos” en el oído o al recibir una picadura. De la misma forma que los mosquitos nos pican a nosotros, también lo hacen con nuestras mascotas; y así como nos pueden transmitir enfermedades a nosotros (como el Dengue o la Malaria), también pueden transmitir algunas enfermedades a nuestros perros.
Entre estas últimas se destaca, por su importancia, la Dirofilariasis o Enfermedad del Gusano Cardíaco, de carácter grave y mortal si no es tratada a tiempo.
Qué es y cómo se transmite la Dirofilariasis
La Dirofilariasis o Enfermedad del Gusano Cardíaco es una enfermedad provocada por un parásito llamado Dirofilaria immitis, y transmitida por mosquitos. Afecta principalmente al perro. Además, es posible también que un ser humano se contagie la enfermedad (aunque esto es raro).
Dirofilaria immitis es un gusano, que en sus primeras fases de vida es microscópico (estas larvas son denominadas “microfilarias”). Un perro se puede contagiar al ser picado por un mosquito infectado con larvas de Dirofilaria. Una vez en el torrente sanguíneo del perro, éstas viajan hasta el corazón y las grandes arterias pulmonares, donde se desarrollan hasta adultos (esto tarda unos 3-4 meses).
Los gusanos adultos pueden medir hasta 27cm de largo y puede haber entre 15 y 20 adultos por perro, dificultando el flujo sanguíneo y provocando los signos clínicos de la enfermedad (que van desde tos y dificultad respiratoria hasta insuficiencia cardíaca). Si hay adultos machos y hembras, se pueden reproducir dando lugar a nuevas microfilarias, que circularán por los vasos sanguíneos del perro. Si un mosquito pica a ese perro infectado ingerirá las microfilarias, y luego de un tiempo, será capaz de transmitir esas microfilarias a otro perro, infectándolo. Eventualmente, un mosquito infectado puede picar a un ser humano, y contagiarlo. Sin embargo, la enfermedad en el ser humano (si bien es peligrosa si no se trata a tiempo) no es tan grave como en el perro.
Dónde se encuentra
En general, la enfermedad está presente en zonas cercanas a ríos y lagos. Básicamente, lugares donde haya agua suficiente para el desarrollo de mosquitos en cantidades importantes, y donde también haya animales susceptibles a la infección (perros).
Se han reportado casos de Dirofilariasis en Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa y Salta.
En Buenos Aires hay casos informados en zona norte (Tigre, Olivos) y en zona sur (Lanús, Lomas de Zamora, Avellaneda, Berisso y La Plata).
Tratamiento
Existen varios tratamientos, que varían según el momento de la enfermedad en el que se encuentre el perro. Normalmente, primero se hace una terapia para eliminar los gusanos adultos, y luego de un tiempo se hace la terapia para eliminar las microfilarias. Esta última está destinada a eliminar las larvas circulantes, y evitar el contagio a otras mascotas. Durante todo el tratamiento el animal debe ser supervisado en forma cercana por el veterinario.
Prevención
Para prevenir la Dirofilariasis debemos disminuir la posibilidad de que los mosquitos piquen a nuestro perro. Para esto podemos usar:
- Pipetas con piretroides: deben aplicarse 1 vez al mes sin falta. Suelen perder eficacia si el perro está en contacto prolongado con el agua.
- Collar Scalibor®: la constante liberación del principio activo (deltametrina) desde el collar permite que el efecto dure 6 meses, e incluso resista al agua (esto es particularmente ventajoso en zonas ribereñas, donde los perros suelen entrar y salir del agua permanentemente).
- Otra opción para prevenir esta enfermedad (que incluso puede combinarse con alguna de las anteriores) es la administración mensual de una droga por vía oral que elimina las larvas que pudiera estar inoculando el mosquito al picar al perro.
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